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Portea Hoy, Para Mañana Es Tarde


Según V. Schoijet, en su libro Duérmete Hannibal, uno de los tantos temores de muchos padres primerizos es que su bebé se acostumbre demasiado a estar en brazos y después no puedan lograr que acepte permanecer en el cochecito o en la cuna sin protestar, sin reclamar contacto. O que tome demasiado pecho y que luego no lo quiera dejar. O que se duerma acompañado, acunado, arrullado, y ya luego nunca pueda dormirse solo. “Malcriarlos”, (éste también es un pensamiento de antiguas generaciones, que fomentan fuertes mitos que casi son inamovibles).

La otra cara de la moneda, es cuando los padres están conscientes sobre la importancia del apego y proponen informarse del tema en blogs, libros de crianza, etc., y a diario hacen programaciones sobre los tipos de estímulos que darán al bebé, antes de regresar al trabajo (en el caso de la madre que trabaja)

Pero ante esta última hay una realidad: el tiempo pasa y cada día se realizan en el cerebro del bebé 1,008,000 conexiones por día, es decir que, durante el primer mes se habrían conectado 30,240,00 neuronas, y las experiencias vividas y la calidad de las interacciones más el contacto físico y la lactancia, determinarán la calidad de dichas conexiones, y éstas conexiones y experiencias vividas claves para el desarrollo de su cerebro. Aunque cuando sea adulto recordará muy poco o nada de estos días, todo lo que viva y los cuidados que reciba determinarán en gran medida su vida futura. (Adolf Portman, G. Jara,2007, US National Library of Medicine National Institutes of Health)

Mientras el tiempo pasa y las conexiones también, los padres están atendiendo una serie de actividades de casa y familia, como: el aseo en casa, las compras del súper, presentar al bebé a la iglesia, la ropita, el ejercicio físico de la madre, las compras de los pañales, los juguetes estimulantes, la leche que no baja del pecho (la elección de la fórmula por que el bebé no debe morirse de hambre), cómo hacer para que el bebé duerma y ellos también, entre otras.

En un abrir y cerrar de ojos, han pasado ya 4 meses y el bebé ha crecido, ha desarrollado sus curvas cervicales y en el mejor de los casos los bebés que han pasado en brazos, tienen suficiente fuerza en los músculos trapecios y esternocleidos y ya sostienen su cabeza. Y sólo queda la la mitad del tiempo para la exterogestación (contacto físico piel con piel, llevándolo en brazos el mayor tiempo posible).


Pasamos por alto algo muy importante que no volverá a ser igual en significado y en aporte biológico, y es la cercanía a la madre durante los primeros meses de vida, para favorecer un mejor desarrollo en sus sistemas aún inmaduros (antes de los 9 meses de vida extrauterina del bebé)

Según Kovacks y Bostok (otros científicos) la gestación ideal para un ser humano recién nacido sería cuando comienza la locomoción cuadrúpeda (movimiento en cuatro patas, que popularmente llamamos gateo), y es aquí donde en teoría el bebé sería capaz de escapar del peligro por sus propios medios (si es que su exterogestación no se vió omisa), además de comienzar a interactuar con el mundo que le rodea, más allá de sus cuidadores. y comenzará a desplazarse por sí mismo, gateando y luego por su propio pie en bipedestación.

Esta es la evolución natural del ser humano y ahora el bebé comenzará a sentirse confiado para explorar y descubrir lo que el mundo tiene para ofrecerle, y al llegar aquí si no hemos cumplido (como padres) con lo anterior, es donde comenzarán otras preocupaciones que nos harán intervenir de manera intrusa en el desarrollo natural del bebé, y buscaremos la mal llamada “estimulación temprana” y otras actividades, que forzarán (según E. Pikler) el desarrollo del bebé.

Ante esto, como Tribu, ofrecemos herramientas que respetan el desarrollo saludable de la cadera y columna del bebé, a la vez de favorecer la crianza en brazos para el permanente contacto del bebé con sus progenitores, adicionamos (por ahora) un taller con referencias bibliográficas para facilitar la tarea en proceso de criar niños para hacer adultos que favorecen la sociedad .

Con el porteo (desde el primer día al parir en casa o salir del hospital), cada madre y padre pueden sentirse en la libertad de realizar actividades cotidianas en su casa o fuera de ella, sin interrumpir el nido en el cual se sigue gestando aquél bebé que con ansias esperábamos conocer, y que hoy tenemos, al cual le prometimos cuidar y dar lo mejor para su crecimiento.

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